Fuente: El Debate: En referencia a los problemas que han surgido en los últimos tiempos relacionados con la infancia, pero con aquella que finaliza antes, donde el niño ya comienza a transitar el camino del alcoholismo y de la droga. EL DEBATE consultó al pediatra Dr. Mariano Palacios quien habló sobre la materia. Sin dudas, un tema que deja lugar a un largo debate.

La familia debe estar presente en la vida del niño, debe ser contenedora y funcional.

Un estudio de profesionales difundido días pasados, establece que la iniciación en el consumo de alcohol y de drogas es cada vez más temprana entre nuestros jóvenes.

Generalmente esta infancia, que cada vez termina antes, se ubica en una edad promedio de 13 años. Esto se debe a distintos factores sociales, pero…¿se puede revertir esta situación de alguna manera? Según el pediatra Dr. Mariano Palacios: “Sí, se puede”.

Prevenir antes que lamentarse

En diálogo con EL DEBATE, el Dr. Mariano Palacios explicó a EL DEBATE su postura respecto al tema. “La primera infancia cada vez termina antes y esto se debe a múltiples causas. En primer lugar, muchas veces hay una demanda de trabajo por parte de los padres; esto los obliga a dejarlos en una guardería a una muy temprana edad. Claro que como los niños quedan solos, ellos son educados por la televisión y así es como se llega a la adolescencia que se inicia a más temprana edad”, explicó y en este sentido añadió que “la adolescencia temprana está condicionada a distintos estímulos de la sociedad. Sobre todo la televisión, ellos actúan como ven a los actores del medio, entonces hablamos de una situación muy compleja y difícil que ellos deben afrontar. Esto se viene dando desde hace muchos años porque cada vez son más los padres que necesitan trabajar”.

Por otra parte dijo que desde la niñez y hasta su adolescencia, “la familia debe estar presente en la vida del niño, debe ser contenedora y funcional. Muchas veces eso no se cumple y aquí es cuando la infancia termina cuando ya el niño comienza a juntarse con los otros chicos que lo pueden llevar u ofrecer otras cosas que él va a aceptar porque no puede discernir si eso está bien o mal porque nunca tuvo límites además de que la familia nunca miró quiénes son sus amigos y entonces aquí aparece el alcohol, el mal camino y por último la droga”. Para concluir, el Dr. Palacios puntualizó en las medidas que se pueden tomar para revertir esta situación.

“Fundamentalmente es necesario el acompañamiento de la familia en la vida del adolescente, imponerle límites, acompañarlo y dejarlo que confronte porque ese el carácter del adolescente que se tropezará y se caerá; los padres son los encargados de ayudarlo a levantarse. Un chico de 13 años no puede tomar; el padre no lo puede incentivar al alcohol desde muy temprana edad porque después sigue la rebeldía y en muchos casos el camino de la droga. El adolescente tiene que actuar como tal, equivocarse y aprender y no ser padre porque su mentalidad no está preparada para ser padre, tiene que vivir sus etapas como corresponde. Pero todo depende de la revalorización de la familia en todos los ámbitos”, finalizó el profesional.

El estudio realizado llegó a la redacción de EL DEBATE

“La iniciación en el consumo de alcohol y de porro es cada vez más temprana entre nuestros jóvenes. La media se sitúa ya en los 13,7 años de edad. Este alarmante dato está estrechamente relacionado con las dificultades que encuentran los padres para compaginar la vida laboral y los deberes familiares. El problema reviste suficiente gravedad como para ser abordado con una estrategia eficaz a lo largo de la legislatura que acaba de comenzar, no con costosas campañas de dudosa eficacia que, además, no atacan la raíz del problema. Y es que, desgraciadamente, la infancia cada vez acaba antes en España, eso lo notamos con claridad los profesionales de la educación especialmente los que tratamos con adolescentes”, es el fragmento del análisis realizado por Jesús Martínez Madrid.