De la carta del ahora emérito Papa, Benedicto XVI, en ocasión  del Encuentro Mundial de las Familias 2012 «La familia: el trabajo y la fiesta».


«El trabajo y la fiesta -escribe el Papa en la carta- están íntimamente relacionados con la vida de las familias: afectan las decisiones, tienen influencia en las relaciones entre los cónyuges y entre padres e hijos, inciden en la relación entre la familia y la sociedad, y la Iglesia». (…) «hoy en día, por desgracia, la organización del trabajo, diseñada y puesta en práctica en función de la competencia del mercado y de la ganancia máxima, y el concepto de la fiesta como oportunidad para la evasión y el consumo, contribuyen a la disgregación de la familia y la comunidad y a difundir un estilo de vida individualista. Por eso -continúa-, es necesario promover una reflexión y un compromiso para conciliar las exigencias y los tiempos del trabajo con los de la familia y a recuperar el verdadero sentido de la fiesta, especialmente del domingo, pascua semanal, día del Señor y día del hombre, día de la familia, de la comunidad y de la solidaridad».

«En ámbito familiar, hay que promover la redistribución de las tareas domésticas y la posibilidad de trabajar fuera del hogar, de común acuerdo por parte de los cónyuges, la asunción de un estilo de vida inspirado en la sobriedad, el cuidado de las relaciones personales, la apertura a la comunidad eclesial y las necesidades de los demás. Finalmente, es necesario -concluyó- que la celebración del día festivo ilumine el sentido de la vida y del trabajo mismo, fortaleciendo la cohesión de la familia y su inclusión en la comunidad en general, reavivando la relación con la persona de Cristo, Señor y Salvador, que nos acompaña en nuestro camino diario».