En la casa de retiro Santa Catalina de la diócesis de Santo Tomé (Corrientes), durante los días 13, 14 y 15 de marzo, se realizó el Encuentro Regional de Pastoral Familiar del NEA con el lema “Sínodo de familia, tiempo de esperanza”. Acompañados por el Arzobispo de Corrientes y delegado en la región NEA para el área de familia, Monseñor Andrés Stanovnik y el Obispo de la diócesis anfitriona Monseñor Hugo Santiago, se congregaron delegados de las diócesis de Reconquista, Goya, Corrientes, Santo Tomé, Iguazú, Oberá y Posadas. Representaron al Secretariado Nacional de Pastoral Familiar, María José y Juan Manuel Ojea. En esta ocasión no pudieron asistir los delegados de las diócesis de Formosa, San Roque y Resistencia.

Durante la tarde del viernes 13 fueron llegando algunos participantes, quienes compartieron vivencias en una charla informal, y luego de la cena entraron en el tema referido a conflictos de novios y recién casados, con la película “Un casamiento inolvidable”.

El día sábado 14 se inició con la oración de laudes y seguidamente Monseñor Andrés Stanovnik se refirió a los lineamientos para el Sínodo (Lineamenta), proponiendo su comprensión en tres claves: el anuncio, la formación y la acogida. Nos exhortó a una profunda revisión de nuestras actitudes personales para poder comprender con serenidad y sin reacciones negativas que el cambio se tiene que producir en cada uno personalmente para contribuir a la conversión del otro. Decía que frente a las situaciones difíciles y complejas debemos repetirnos estas palabras: “el problema no es el otro, soy yo”.

Luego las diócesis participantes compartieron las experiencias de las actividades realizadas desde el último encuentro, y presentaron los desafíos que las diversas realidades actuales les presentan.

Al mediodía, previo al almuerzo, concelebraron la Eucaristía Monseñor Andrés, Monseñor Hugo y el padre Jorge Espíndola, asesor de Pastoral Familiar de la diócesis de Santo Tomé.

En las primeras horas de la tarde, el matrimonio Ojea informó sobre las actividades del Secretariado Nacional, invitando a la próxima Junta en abril y anunciando el Encuentro Mundial de Familias en Filadelfia .  Hicieron referencia a la participación en la “Mesa de diálogo  y reflexión sobre la Pastoral Familiar”, convocada por la CELAF para profundizar los temas referentes al Sínodo de familia, y en este momento puntualmente a las Preguntas sobre la recepción y la profundización de la Relatio Synodi. Su intervención se completó con una reflexión de Juan Manuel acerca de los servidores de pastoral tomando la metáfora de “personas cántaros”, personas llamadas a brindar el agua vivificante en el desierto de la sociedad.

Posteriormente la hna. Graciela Firpo, asesora de la Pastoral Familiar en la diócesis de Goya, se refirió a las “Actitudes de acogida y de salida de los agentes de pastoral familiar”, necesarias para abordar la complejidad cultural que en la actualidad se nos presenta.

Más tarde se trabajó en grupos sobre algunos puntos de “Relatio Synodi”, reflexiones que luego se compartieron en un plenario.

Hubo después un segundo momento de compartir experiencias y proyectos de las diócesis y luego de la cena se proyectó nuevamente la película “Un casamiento inolvidable” para aquellos que no habían llegado el viernes, cuya temática invita y ayuda a reflexionar sobre las posibles dificultades de los novios y los recién casados.

El domingo se inició con la Eucaristía celebrada por Monseñor Hugo Santiago, quien luego del desayuno, abordó el tema de la crisis actual del matrimonio, a la que se puede responder con la propuesta del Sacramento en el que Cristo sana y eleva el amor de los esposos.

Para terminar, en una evaluación conjunta se expresó que las jornadas habían sido muy intensas, enriquecedoras y edificantes, y que como siempre quedaba el anhelo del próximo encuentro. Los delegados diocesanos hicieron una especial valoración de la casa de retiros ubicada en una estancia de San Carlos, Corrientes, manifestando que el contexto y la atención recibida de los anfitriones con especiales gestos y detalles, contribuyeron a crear un particular clima de reflexión y oración, por lo que se agradeció a Dios que haya permitido la realización de esta convocatoria en su nombre y bajo la protección de María de Itatí. Se finalizó con un cálido y fraternal almuerzo.

María Celia y Juan Pérez Campos

Coordinadores regionales.

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